Todos los consumidores que nos preocupamos por nuestra salud hemos podido observar cómo en la última década ha evolucionado la propuesta de valor de los alimentos que pueden aportarnos propiedades beneficiosas para nuestro organismo. En este artículo analizamos cómo ha sido esta evolución y si se obtienen propiedades saludables de forma real, centrando el análisis en unos de los productos más conocidos, los que aportan Omega 3.
Del boom de los certificados y los suplementos al de la alimentación real saludable
Venimos de unos años en los que se ha vivido el boom de los certificados (ecológico, sin gluten, sin lactosa, vegano, no modificado genéticamente, sostenible,…). Sin embargo, se está observando un cambio cada vez más significativo en el comportamiento de los consumidores, identificándose tres grupos:
- Consumidores con alergias o intolerancias que buscan alimentos que certifiquen que no contienen ingredientes que no pueden tomar (según AECOSAN (Agencia Española de Consumo y seguridad alimentaria y nutrición) sólo un 2% de los adultos y un 3-7% de los niños presentan realmente alergias)
(http://www.aecosan.msssi.gob.es/AECOSAN/web/para_el_consumidor/ampliacion/alergias.htm)
- Consumidores sin alergias ni intolerancias que quieren consumir sano y perciben que alimentos con muchos certificados lo son simplemente por el hecho de tenerlos, o que consumen suplementos encapsulados de cualquier tipo, en muchos casos sin una base científica que valore clínicamente su efecto positivo en la salud.
- Consumidores sin alergias ni intolerancias que quieren consumir sano y perciben que alimentos con muchos certificados no tienen por qué serlo. La ausencia de ingredientes o alérgenos no implica la existencia de otros elementos no saludables, como pueden ser las grasas saturadas, azúcares, o aceite de palma. Igualmente, prefieren consumir un alimento completo a un suplemento en una cápsula, evitando también así la ingesta diaria de celulosa u otros recubrimientos dañinos de dichos suplementos. Es este grupo el que está creciendo en detrimento del segundo, optando por la búsqueda de alimentos reales con propiedades saludables reconocidas, sobre los que se disponga de ensayos clínicos oficiales que verifiquen sus beneficios.
A nivel geográfico, Norteamérica dominará el mercado de productos con Omega 3, debido a su cultura de consumo de productos lácteos como parte de una dieta básica, seguida por el mercado europeo (https://www.transparencymarketresearch.com)
¿Por qué es difícil consumir Omega 3 de forma real?
La Fundación Española del Corazón indica que Lo importante para un consumo saludable es la proporción en que se ingieren los omega 3 respecto de los omega 6. Se recomienda que la relación entre los Omega 6 y los Omega 3 sea igual o inferior de 4, ya que de haber una mayor cantidad de los Omega 6 se desarrolla un proceso inflamatorio crónico que favorece el fenómeno arterioesclerótico. La realidad muestra que hoy día, y por un inadecuado consumo derivado de malas prácticas en la elaboración de los alimentos, la relación Omega 6 / Omega 3 es de 20 o 30 por 1. Por este motivo ingerir un exceso de Omega 6 y poco Omega 3 conduce a este peligroso desequilibrio favorecedor de la inflamación crónica, de la enfermedad cardiovascular e incluso de algunas formas de cáncer. Adicionalmente, se debe tener en cuenta que los Omega 6 impiden la asimilación de los Omega 3, por lo que por mucho Omega 3 que tomemos, si la relación Omega 6 / Omega 3 no es la adecuada, nuestro cuerpo nunca se enriquecerá con ese Omega 3. La mala noticia es que los Omega 6 abundan en todo tipo de alimentos y los Omega 3 escasean. La buena, que hay alimentos como ahora explicamos qué sí cumplen con ese ratio de 4 o menos de 4. (http://www.fundaciondelcorazon.com/corazon-facil/blog-impulso-vital/2642-algunas-reflexiones-sobre-las-grasas.html)
¿Cuáles son los alimentos que permiten consumir Omega 3 de forma real?
Existen varios alimentos reales con Omega 3, en los que la relación Omega 6 / Omega 3 es la adecuada, desde los más tradicionales como el pescado, el aguacate, las nueces,… A innovaciones gastronómicas con el queso de cabra como protagonista. Así, el queso de cabra como tal, es un alimento completo con muchos nutrientes. Éste aporta lípidos, carbohidratos, proteínas, minerales (calcio, fósforo y potasio), vitaminas, aminoácidos, taurina,… La media de los quesos de cabra convencionales tiene una relación de Omega 6 / Omega 3 en torno al 7.2, frente al 4 o menos recomendado por la Fundación Española del Corazón. Sin embargo, pueden encontrarse quesos de cabra con una relación de 1.2, como es el caso del Queso Lodyn (www.lodynmilknet) , que cuentan con ensayos clínicos en hospitales públicos que verifican sus propiedades saludables para mejorar el perfil cardiovascular de las personas, estando reconocidos por la propia Fundación Española del Corazón.